El negocio genocida
es un genocio negocida.
POLEMOS es el padre y rey de todas las cosas
y yo me rasco la barriga desde Europa.
El negocio del poema es casi un disparo
pero menos
de bala.
Casi te arropa de acero,
pero no condena ni mata,
-bien hecho-
deja indiferente
a quien al borde de la frontera
tú llamas palabra y yo
Palestina.
Mientras hondeas al azar una bandera
Sabes
que estas palabras se perderán en el olvido.
Recuerda
a tu enemigo
y no te olvides de cargar el fusil,
de jurar odio a la raza que debió ser extinguida.
FELIZ AÑO NUEVO
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