EL TIEMPO DE LOS HOMBRES
El Tiempo es el Amor de la energía
inagotable en un principio
constante y altruísta como nadie.
El Tiempo es el diario
(re)creador
del Universo
(del verso unificado de todos los aires).
Es el artista más completo,
el que mejor pinta de luz
-para todos-
los lienzos del espacio,
el primero que esculpe en piedra,
el por excelencia arquitecto
-el constructor de la materia prima-,
el único que acierta a componer
con sentido unas odas
burlescas al reloj.
El Tiempo. ¡Ah, El Tiempo!
El Tiempo es el santo metrónomo
de todos los metrónomos,
el más alegre bailarín
-siempre, siempre, siempre está en danza-,
el director que concede absoluta libertad
al reparto coral de actores para interpretar
el guión del destino tal como ellos quieran.
¿Por qué no valoraremos todos los hombres
que formamos parte de su colosal obra artística
como diminutos personajes del más auténtico paraíso?
¿Cómo puede el cobarde del marido maltratar a esa mujer
si acompaña para ser amada desde los pies a la cabeza?
¿Por qué se les dan tirones de bolso a las viejas
en lugar de ayudarlas a cruzar la calle?
¿Para qué se fabricaron las armas
si no fue para asesinar al enemigo (que nunca debía serlo)?
¿Cuántos niños han sido? ¿Cuántos hombres o mujeres en total?
¿Habéis sentido la amistad
en alguna ocasión igual que un cuchillo a la espalda?
¿Quién será el ingenuo pajarraco
que se atreva a picotear
el corazón en paz que camina mi sueño?
¿Con qué ceguera y mala voluntad
hemos destruido este regalo inefable de la vida?
¿A qué vendrá uno con estas preguntas
inútiles mientras ahora en Gaza continúa
la matanza por parte de unas tropas israelítas?
¿Qué hipocresía sinvergonzona viste con atuendo solidario
a nuestros genes egoístas?
¿Será mejor callarse lo que es cierto?
¿No será mejor rezar a este dios
de todos que es El Tiempo?
¿No será mejor rezarle para que se ponga de mala leche
y acabe así consigo mismo y con todos nosotros de una vez?
¿En qué parte de la vía ha descarrilado
el tren del sentido común?
Yo rezo este poema esperando que todo acabe
mientras no todos quieren subir a ese tren
y El Tiempo de los hombres se denigra,
por ellos, por vosotros, por nosotros, otra vez.
Adolfo González
http://adolfogonzalezpoeta.blogspot.com/
No hay comentarios :
Publicar un comentario