27.2.16

Ayer nos juntábamos
muy cerca el uno del otro
para hablar de deseo, amor y desnudos.

Hoy acercamos nuestras bocas
para decir verdades
mientras juegan las lenguas.
Aún habrá cuerdos
que no entendidan nada.


16.2.16

Qué poco erótico suena
anoche te comí la polla.
Qué poco romántico parece
te querría un poco más
si dejaras el baño limpio.
Qué poco democrático decir
la poli manipula pruebas.
Opinan quienes nada saben
de erotismo, amar
ni democracia.

12.2.16

En el almacén de algún edificio oscuro
de eso que llaman fuerzas del Estado,
aguardan dos títeres y una pancarta.
Incautados por la seguridad ciudadana,
pasan los días entre armas,
restos de sangre
y el ordenador de Bárcenas, vacío.
Figuras de trapo asustadas.
Pero no temáis por ellos.
Quizá dediquen las horas
a escribir en las libretas anarquistas,
también incautadas.
Podrán decirnos
qué se siente al estar encerrado
siendo inocente.

10.2.16

Sobre la hegemonía y la detención de titiriteros

Han detenido a dos titiriteros por usar la libertad de expresión en su creación artística. Hasta aquí el único hecho relevante. El resto de la información sólo está valiendo para restarle importancia a esta grave vulneración de los principios democráticos por parte del Estado. Es ese 'pero' que parece leve y trae terribles consecuencias. El mismo pero del 'la portada de El Jueves no era ilegal pero era de mal gusto', 'debería tener médico pero no tiene papeles', 'violar está mal pero la falda la llevaba muy corta'. 
El mismo pero que nos permite darnos un halo demócrata mientras le compramos el discurso a quienes se muestran felices ante el consenso generalizado de 'algo habrá hecho la víctima'. Nos han ganado en la creación de discurso y, lo que es peor, parece que hemos abandonado esa pelea. La mayoría de textos que leo, no todos por suerte, condenando este encarcelamiento antidemocrático plantean un énfasis en ese pero 'no era para niños'.
Aviso que no voy a debatir sobre si era o no para niños. En el caso de un encarcelamiento ese detalle me parece igual de importante que si llevaban los pantalones a juego con las zapatillas. Accesorio y que nada cambia. Pero sí quiero reflexionar sobre el porqué de la necesidad de remarcarlo. Aunque el grupo teatral ya dijo que no lo era -y defiendo el derecho del artista a decidir sobre su obra- yo sigo sin tener claro por qué no lo es y por qué la izquierda lo ha asumido tan rápidamente. Dado que, de momento, no se ha iniciado un proceso de ilegalización de los títeres de cachiporra y su entorno, entiendo que el problema no es la tremenda violencia que se muestra en ellos. Igualmente,  dado que Disney se distribuye libremente, el problema tampoco está en que lo representado tenga un discurso político, dado que en pocos ámbitos encontraremos tanta apología del patriarcado como en estos cuentos de hadas infantiles.
Entonces, quizá las pegas (tantas como para encarcelar a dos artistas) estén en qué discurso tiene la obra y hacia quién se dirige la violencia. 
La cultura en general nos impregna la mente del discurso dominante: no es malo matar a la bruja mala. Pero nos escandalizamos cuando esa bruja mata a uno de 'los buenos' como un juez o un banquero. Me temo que el pensamiento que subyace a ese 'pero no era para niños' se basa en la creencia de que los niños deben ser educados en el pensamiento dominante, sin plantearles las contradicciones,  y que ya de mayores se enteren de cómo funciona el mundo. De educar a niños sin ideología,  que significa educarles en la ideología dominante. De educar a niños capitalistas, racistas, patriarcales, consumistas, sin respeto a la vida animal y contaminantes.
Una parte de la izquierda, parece ser, ha comprado ese discurso con tal gravedad que siente la urgencia de remarcarlo antes incluso de condenar unos encarcelamientos injustos.

7.2.16

Han detenido a dos compañeros.
El juez les ha mandado a prisión.
¿Su delito?
Críticar al poder.
Han detenido a dos artistas.
La prensa que defiende las guerras
pide su cabeza.
¿Su delito?
Decir que la policía miente.
Encarcelados.
La gente de bien dice que pensemos en los niños.
Los mismos niños que escuchan cuentos en los que muere quien debe morir: la bruja mala.
¿Su delito?
Contar que los malos son otros,
que no salen en los cuentos.
Han detenido a dos artistas.
¿Su delito?
Usar el arte contra el poder.