29.8.23

Cruci

Las normas han cambiado
y no sabes ni cuándo ha sido.
Siempre te dejaron saltarte el protocolo.
Tú no hacías las reglas,
pero tomabas cubatas
con quien las manejaba.
Tú compadreas con quien siempre
ha marcado el bien y el mal
con un pinganillo al oído
y un micrófono en la mano.
Las normas han cambiado
y no entiendes qué ha sucedido
para no poder saltártelas.
Quieres cruzar los dedos índice y corazón
para pedir casa, cruci,
y volver al mundo
en el que tus cojones marcaban la ruta.
Pero hoy,
que tus amigos del pinganillo
cerraron los ojos,
ya no puedes saltarte el protocolo.
No hay cruci que valga
y ahora, ahora sí,
tú ya no la ligas.