10.8.09

Ayer me levanté enemistada con el mundo.
No.
No es cierto lo que acabo de escribir.
Ayer, el mundo hizo todo lo posible
para que le odiara.
La lástima, que lo logró.

6.8.09

A las 13 rosas

En un muro de la Almudena
-hoy una placa os recuerda-,
os fusilaron de madrugada.
No sabemos si moristeis
puño en alto
cantando la Internacional
o llorando por libertades perdidas,
por el futuro que ya nadie iba a ver.
El olvido juega con trampas.
Pudisteis ser hijas y madres.
Pero, por encima de todo,
vuestro nombre no se borrará de la historia.
Fuisteis la joven guardia.

4.8.09

La habitación,
tras una noche muy larga,
huele a gato muerto.
Me levanto a abrir la ventana
e intento recordar a qué olía antes.
Esas gotas de vino sobre tu camisa,
los suspiros en mi cuello,
música de fondo que olvidé.
No lo consigo.
No sé a qué huele el sexo antes de que suceda.
Su sabor, sin embargo,
me es conocido.
Sabe a ese toque salado
de todo un día de trabajo,
a risa inocente que conoce lo que pasará,
a esas gotas de vino sobre tu camisa.
El cuarto ya se ha aireado
y vuelve a oler a nada,
la próxima vez, lo prometo,
desde el principio,
me fijaré en todos los detalles.

3.8.09

Lo hizo largo porque no supo hacerlo corto.
Enrique Gracia Trinidad

Habló de una rosa
porque no distingue el olor del olvido,
escribe en verso libre
porque sólo rima niño con Miño,
dice polla y coño
porque no sabe describir el placer
de otra manera,
odia el capital
aunque no se atreve a acercarse
al socialismo.
Al fin y al cabo sólo es
un poeta moderno.