17.9.19

Y por último pero no por ello menos importante

Elegir el pantalón
que menos te deforma el cuerpo,
intentar peinar esto,
que no es media
ni melena entera,
pararte un minuto frente al espejo,
poner la espalda recta,
como si lo que hay fuera de casa
no te diera miedo.

Recordar comprar rímel
y usarlo.

Recordar también la sonrisa,
artificial como la comida del súper,
como las relaciones que compramos.

Cerrar la puerta con llave al salir,
que la ciudad no es segura
pero la culpa es tuya.

Volver con las llaves
en la mano,
deseando no usarlas de defensa.


Volver.

5.9.19

Pesadilla

La almohada se retira discretamente hacia el abismo.
Va callada, como siempre, pero huye como nunca lo haría.
El silencio se teme a través de las cortinas
y El beso enmarcado se suspende por un instante.
Cinco segundos después
sólo queda la sensación de miedo.
Y no se va.

9.8.19

Hoy, ya






A los españoles fallecidos en los campos concentración de Mauthausen y Gusen, cuyos nombres no ha publicado el gobierno español hasta agosto de 2019. 


152 páginas ocupan vuestros nombres y hoy, ya,
nos dejan daros por muertos.
Hoy, ya,
aunque no tengáis sepultura
y las lágrimas sean menos públicas de lo debido.
Aunque no recuperamos aún la libertad que luchasteis.
Hoy, ya,
veintisiete mil ochenta días después de la muerte del último de los nuestros.
Madrileño, se llamaba Jesús y cumplió el mes anterior treinta y dos años.
Hoy, ya,
30 años invisibles por el dictador
y otros 44 de silencio por los cómplices de su heredero.
Hoy, ya,
a menudas horas.


12.2.19

Dame un punto de apoyo
y no moveré ningún mundo.
Tan solo mostrarnos
como seres mínimamente
empáticos,
racionales,
humanos.
Dame un punto de apoyo, sin más,
donde poder soportar la vida.
Aunque quizá,
así ya cambie un poco este mundo.

5.2.19

Sororidades

Miedo al hombre que te habla por la calle.
Miedo al profesor que se te acerca demasiado.
Miedo al novio al que quieres decirle no.
A hablar demasiado alto.
Miedo a no defenderte lo suficiente o hacerlo demasiado.
A las calles vacías. A las farolas rotas.
Llevar las llaves en la mano como si fueran una mala navaja.
Que te callen con gritos
y no responder por no quedar como una loca.
La vida, dicen.
Pero miramos a izquierda y derecha
y somos muchas.
Nuestra vida, decimos.