14.1.09

Hasta que cese la matanza (16)

EL CAMELLO

Aquél camello fue desalojado
por la inminente construcción
de un campo de golf
y un pequeño lago artificial
donde ahora nadan unos patos
traídos de algún lugar lejano.

Fue recluido a un zoo
donde disfruta de 25 metros cuadrados
de ambiente controlado
y visitas de 10 de la mañana a 8 de la tarde.
Aún así, echa de menos pisar el desierto.

Anoche una inesperada lluvia de escombros
cayó sobre las cabezas de aquellos niños.
El hombre de los escombros, curiosamente,
no anunció tormentas para aquél día
y sin embargo cayeron,
toda la noche.
300.000 lágrimas trataron de socorrer
la inconsciencia y el desmayo,
pero los servicios de urgencia esta vez
tampoco funcionaron.
Miles de teléfonos tampoco sonaron
y de nuevo, la sordera fue la peor de las plagas.
Aún así, hay un nuevo río colorado
que llena de vergüenza a quienes lo crearon.

Ahora también violan el cielo
con grandes bolas de humo
y aterradores fuegos de artificio
que roban las noches a quienes allí nacieron
y ensombrecen a quienes allí mueren.

Por favor, al menos,
no vayan a visitar al camello,
no es ninguna atracción,
ni una feria.

Es un monumento a la barbarie.

José Naveiras
http://sangrante.wordpress.com/

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