Ocupación
Esa muñeca es mía
me la encontré perdida
en un campo de minas de Vietnam,
estaba sola en una casa judía
de algún barrio de Hamburgo
del año treinta y nueve,
era para la sobrina
de aquel soldado muerto
de las Brigadas Internacionales,
ese que estudió en Oxford
y nunca más se supo.
Te aseguro que no era Barbie
ni Mariquita Pérez.
Sé que es mía,
porque no tenía ojos,
los perdió en Sarajevo
y yo le puse unos pequeños
de un soldado de plomo
de la primera guerra mundial*
Me pertenece
porque no tenía corazón
se lo destrozaron
en la Plaza de Mayo,
y yo le presté el mío.
Me pertenece.
Porque no tenía corazón
se lo destrozaron en Gaza,
y yo le presté el mío.
Verónica Pedemonte
de Esclavos y libertos
* Los desastres siempre con minúsculas.
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