Nunca llegamos a desnudarnos
y aún recuerdo que me besaste el cuello.
Me sigues poniendo nerviosa.
Acabaste diciendo
no puedo darte lo que quieres
cuando ni yo sabía.
Citaste a Marx porque no sabías librarte
de mí con estilo.
Fuiste un arrogante,
te volví a besar.
Nunca llegamos a desnudarnos,
a ratos volvería a besarte;
pronto vuelve el sentido común
y sé que no lo haré más.
1 comentario :
qué hermoso Saturada...
Me ha gustado mucho...
Saludos.
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