6.2.21

Lo posible y lo necesario

 

Marcelino, despierta. Nada, que te echamos de menos. Avisa a Josefina, que andamos también huérfanos de ella. Pero no le digas que se asome a este vacío que hoy llamamos realidad. Tantas escaleras arriba y abajo, tantos paseos de la casa a la cárcel, como si en aquellos años la diferencia fuera algo más que unos altos muros. Tantos delitos cuando delinquir era la única manera de ser honestas. Tanta lucha que fue semilla. No, mejor no la despiertes. Descansad. Descansad juntos, que pocos se lo han ganado más. Aquí quedamos, huérfanas.

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