Hoy es día
par y no suenan pájaros desde la ventana.
La alarma
que no desconecté anoche
ha sonado
demasiado pronto:
a la hora a
la que despierto
cuando
amanecemos juntos.
Tengo una
hora más para dormir,
y cuando
vuelva a despertar
no habrá
cantos en los árboles,
ni
abrazos-excusa para continuar en la cama.
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