apago otra vez el despertador,
y otra
y otra.
Mientras, la cercanía de tu cuerpo
excita al mío.
Vuelvo a apagar la alarma,
comparamos nuestros cansancios
y quien pierde prepara el café.
Ocupo tu almohada
cuando se queda desierta.
Quiero perder el día
tan sólo abrazándote.
Apago, ahora sí,
el despertador.
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