Hoy se cumplen diez años desde que me afilié a Izquierda Unida en la asamblea de Rivas, y aquí sigo. Tras una década toca una breve evaluación. La militancia en IU trae, en ocasiones, momentos amargos. No tendría sentido intentar mentir diciendo lo contrario. Sin embargo, son compensadas estas malas circunstancias por la satisfacción, la alegría y el aprendizaje. Además, son los buenos momentos lo que me convencen de seguir en esta organización.
Sé que hice bien afiliándome a Izquierda Unida. Principalmente por los compañeros y compañeras que me he encontrado en este camino y por todo lo que me han enseñado. Me acerqué a IU por Curro Corrales y me afilié por Pedro del Cura. Así que en parte es culpa suya que aquí siga.
Sería injusto hablar de mi militancia y no agradecer, de todo corazón y cabeza, a mis compañeras del área de mujer de IU Rivas y del Grupo de Igualdad de Género de Jóvenes de IUCM. Sin el aprendizaje con este grupo de mujeres luchadoras yo no sería la mujer que soy. De ellas he aprendido a ver el mundo con gafas moradas, desde el feminismo, desde la lucha y la alegría. Mil gracias por ello: Maripaz, Rocío, Aída, María, Bea, Maika, mil gracias a todas mis compañeras de las aprendo día a día.
Todo sería más difícil si no tuviera con quien tomarme unas cervezas para analizar todo lo que sucede a nuestro alrededor mientras nos reímos: Julián, Jon y Juan hacen que todo esto sea más sencillo.
Mil gracias a todas y todos con quienes comparto luchas.
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