Digamos paz, cuando haya paz.
Mientras
callemos las culebras.
Quiero decir te quiero
todos los días en los que quiero;
me guardaré los no te aguanto más
porque eso se pasa pronto.
Dirás de mí que soy una cobarde,
una hipócrita.
Sin embargo,
resulta tan sencillo
no hacer daño a los nuestros
que no sé por qué insistimos
en jodernos la vida.
1 comentario :
a veces estoy de acuerdo en volcarnos sin piel encima de la mesa... el problema es que siempre dejamos un reguero de sangre...sin querer.
aunque tampoco se puede abrazar bien si nos ponemos el traje de esquimal.
besicos
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