12.5.09

Sobre la píldora sin receta

Como yo no soy médica, no voy a opinar sobre la conveniencia o no de la libre dispensación de la píldora del día después. Creo que hay cosas que deben opinar los profesionales.
Pero sí quiero hacer alguna reflexión sobre la última propuesta de Trinidad Jiménez, ésa que por campaña electoral en Madrid tuvo una chaqueta de cuero y un Madrid muy bonito.
Creo que es obvio que había que lograr el acceso real de las mujeres a la píldora del día después (esto sólo lo ponen en duda quienes cree que follar es de putas y bajo esas premisas yo no discuto).
Aunque también habría que garantizar una educación afectivo sexual, que no únicamente reproductiva, desde los primeros años y el acceso a los preservativos,... pero bueno, supongo que eso sería meterse con la iglesia y no lo van a hacer.
Una forma de mejorar el acceso a la píldora poscoital podría haber sido lo que venimos desde hace años reclamando: que aumente el número y su horario de los mal llamados centros de planificación familiar, que en los centros de salud el personal médico tuviera la obligación de dispensar las recetas, prohibir la objeción de conciencia en la sanidad pública... pero eso hubiera sido gastar dinero y meterse con la iglesia y no lo van a hacer.
Quiero explicarme sobre la objeción de conciencia. Cuando alguien entra a trabajar en el sector público debería explicársele todas sus funciones y si por temor al infierno (o a la libertad, vaya una a saber...) no quiere realizarlas, pues que no entre en la sanidad pública. Por cierto, si ya que se ponen no te llaman puta cuando vas, esto ya sería la hostia.
Pero bueno, a lo que iba. Que no sé si médicamente es buena o no la libre dispensación de la píldora, pero que esta medida, que es posible que hubiera sido una buena medida dentro de un plan integral, se queda inevitablemente coja por el permanente miedo de este gobierno a meterse en ámbitos religiosos, del siglo pasado.

3 comentarios :

Daniel Martinez dijo...

Excelente comentario.

Alejandro A dijo...

Creo que tus tiros apuntan bastante bien hacia algunas de las principales carencias de esta medida que, en mi opinión, sigue la línea del PSOE de tener un gran titular con una gran polémica que suscita la publicidad, y poco más.

Una puntualización: me parece contradictorio que alguien que integra un partido que está claramente a favor de los derechos y libertades individuales, abogue por eliminar el derecho a la objeción de conciencia en la sanidad pública (lo cual es muy peligroso porque no sólo afecta a los casos que tienen que ver con la reproducción, sino que también es un arma de defensa de los derechos de los pacientes que practica el personal de Enfermería frente a decisiones intervencionistas del personal de Medicina).

¿Qué puntos también se deberían tratar en este debate? Según mi opinión habría que tener en cuenta:

1-¿Esta medida es una llamada a la automedicación? ¿Tenemos un Gobierno de España que induce a su población femenina a automedicarse? Los efectos secundarios de esa medicación no son los mismos que los de una aspirina o de un garbanzo.

2-¿Esta Ley pretende saltarse al personal de Medicina de nuestros hospitales y centros comunitarios en materia de la píldora? En mi opinión, esta ley sirve para ningunear a los médicos que no dispensaban la píldora abortiva. Una nueva versión del pagan justos por pecadores. En otras palabras, los garantes del sistema público, el Gobierno, no apuesta por el sistema público o decide evitarlo por no poder regularlo. ¿Qué hacer para que no suceda esto? A mi, a priori, sólo se me ocurre reforzar los centros de planificación familiar, como propone Lei, y además crear un registro público y voluntario (esto es importante) de médicos y médicas que se presten a prescribir esta medicación.

3- ¿Sólo a mi me parece que esta propuesta podría venir respaldada por algún laboratorio farmacológico? Es que siempre que se regula sobre alguna medicación, es lo primero que pienso.

4- La libre dispensación de la píldora del día después, ¿estará limitada por alguna edad? No podría entender por qué una chica de 15 años puede tomar una píldora abortiva sin el consentimiento de sus tutores legales y sin embargo, a partir de las 72h (aproximadamente) del "accidente", requiera la firma de sus padres. ¿A qué viene esa diferenciación? ¿Es menos madura a partir de las 72h?

Por cierto, tampoco soy médico, pero si que soy enfermero y ciudadano politizado. No sé si lo uno o lo otro me confiere rango suficiente para opinar, pero por si acaso ahí lo dejo escrito y que se me rebata con argumentos sólidos si estuviese equivocado.

Mayte Sánchez Sempere dijo...

Estoy de acuerdo contigo en muchas cosas, pero en otras no.

Lamentablemente la mayoría de las medidas que se toman no van encaminadas a resolver los problemas reales de los ciudadanos, sino a anotarse puntos para próximas elecciones.

El aborto es un tema polémico y no es solo la iglesia quien está en contra, hay muchas personas muy poco sospechosas de estar manipuladas por las estructuras eclesiales que dudan de la bondad de la ley del aborto, entre otras cosas porque se ha convertido en un método anticonceptivo carísimo, peligroso y en muchísimos casos con tremendos efectos secundarios.

Te doy la razón en que la solución pasa por una educación real, tanto afectiva como reproductiva.

En cuanto a la objeción de conciencia... bueno, las leyes a este respecto hablan del derecho del paciente, no de la obligación del médico. El médico que no prescribe la píldora post-coital o no recomienda o practica abortos está en su derecho y no siempre lo hace movido por las instrucciones de la iglesia. También a nivel científico, entre ateos convencidos hay dudas y criterios morales diferentes y creo que son tan respetables sus opiniones y principios como las de los demás.

En cuanto a la iglesia, creo que hay un error muy común. No importa lo que digan los obispos, los católicos, en un altísimo porcentaje, follan, utilizan preservativos, se hacen la vasectomía o se ligan las trompas. Salvo círculos muy cerrados que no cuentan con las simpatías de los católicos de base, la mayoría del resto actua como le da la gana y vota a quien le da la gana. Por desgracia, como en toda organización, lo que más se oye, lo que aparece en los medios es siempre lo que resulta más escandaloso y vendible, lo polémico. Queda muy bien enfrentar iglesia y sociedad, como si fueran dos bloques diferenciados, pero tanto en uno como en otro hay múltiples visiones: no todos los católicos están en contra de los preservativos y no todos los no católicos estamos a favor del aborto. Las cosas no son blancas ni negras y es un error muy poco democrático cerrarse en banda a escuchar otras opiniones tachándolas de carcas o acusándolas de estar manipuladas por la iglesia.

Hale, ya me he pasado escribiendo :)

Un saludo,
Mayte