¿Cómo te mirarían los niños de Bagdad
una noche de sábado al volver a tu casa
y colgar tu móvil en el cargador?
Hay pozos de sangre ardiendo en sus pupilas…
Ángel Petisme


Jamás llegaremos a estar contentos teniéndolo todo
mientras deseemos más.
Nos cuenta Ángel que son felices en Bagdag.
Que juegan los niños y los adultos continúan
con su vida;
desconocen si mañana seguirán teniendo casa,
padre o madre.
Aquí en Madrid gozamos de la certidumbre del deseo;
nunca tendremos lo deseado,
nos programaron, precisamente, para ser grises de nuestras posesiones.
Aquí lloramos, gritamos
y me cuenta Ángel que son felices en Bagdag.