29.12.06

Aquello no tenía sentido. Eran números, muchos números. No me decían nada. Simples operaciones para demostrarme lo que ya sabía: que una calculadora era más rápida, y eficiente, que yo. ¿Por qué seguir calculando? Podíamos tener 8 manzanas o tocar a 2,36 trozos de pastel, pero ahí no había nada. Jamás vi una manzana o me inflé a dulces. Jamás. Sólo me dediqué a imitar a esa máquina que, incapaz de pensar, me superaba a mí (¡a mí!) en la búsqueda del número que se escondía entre otros. Con el tiempo encontrarlos fue más fácil, esos malditos dígitos cada vez se escondían peor, necesitaban camuflarse en grandes cantidades para que no los intuyera. Pero la calculadora seguía siendo veloz, yo no veía nada tras esa ristra de cifras, seguían sin decirme nada.Pero un día algo cambió. De pronto me encontré con algo que no había visto antes entre los dígitos; una letra. ¿Qué significaba esa 'X'? Me lo intentaron explicar, pero no quedaba claro. Una letra, esa letra, podía convertirse en cualquier número, aún sin serlo. No era magia, pero tenía que haber algo más detrás. Al principio fue difícil, esa 'X' se movía demasiado, era complicado intuir qué iba a ser porque ya no era un número, era la realidad. La Realidad, eso era lo que se escondía tras esa letra. Estos números, las matemáticas, servían para algo. Podía controlar, entender lo que me rodea. Desde entonces comprendí algo que, aunque a los demás les resultaba obvio, para mí no lo era; comprendí que era superior a las calculadoras. Podrían superarme en cualquier cálculo, pero jamás verían la Verdad a través de una letra. Porque la vida, todo en nuestro mundo, es matematizable, todo se puede entender a partir de una simple letra, no necesitamos más. Por fin puedo dejar de pensar durante horas sobre mi existencia o mis sentimientos. Ahora que soy capaz de convertirlos en números no necesito pensar más. Sólo existimos el problema y yo. Se ha convertido en un duelo, alguien debe ganarlo. No permitiré que un trozo de papel que soporta números me gane, lo haré yo. Puede que lo logre en 5 minutos o en 6 años, pero seré yo quien venza.El día que metieron la 'X' en las matemáticas algo cambió en mi vida; empezaron a gustarme.

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