Llegó hace 75 años,
tras mucho tiempo llamándola.
Entró entre cantos, lloros alegres
y banderas.
Nos trajo nuestro amor propio,
que nos dejó en préstamo cuando,
bajo la humillación del silencio,
la hicieron exiliarse.
Así hoy, desempolvemos ese amor,
desempolvémonos,
y que Viva la República!
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